La estrategia antiterrorista de Estados Unidos quedó en entredicho con la masacre de 50 personas en una discoteca gay de Orlando, perpetrada el domingo por un hombre conocido del FBI por sus vínculos con el islamismo radical.
En la masacre de Orlando, murieron 50 personas y 53 resultaron heridas. Las autoridades han determinado el número de víctimas en 49, de manera que excluyen al atacante.
La matanza se produjo en la discoteca Pulse, que celebraba una «noche latina» con espectáculos de drag-queens.
La radio del grupo yihadista Estado Islámico reivindicó este lunes el ataque en Orlando, confirmando lo adelantado el domingo por la agencia Amaq, afín a la organización, y presentó a Omar Mateen como «uno de los soldados del califato en Estados Unidos».
Uno de los heridos, Ángel Colón Jr, de 26 años, describió a su padre un agresor frío, que actuó de forma metódica hasta que irrumpió un equipo de las fuerzas especiales, que se enfrentó al atacante hasta matarlo.
«Pasaba delante de cada persona que estaba tirada en el suelo y le disparaba, para asegurarse de que estaba muerta», explicó su padre, que también se llama Ángel Colón, al salir del hospital Orlando Regional Medical Center.
La gran mayoría de víctimas identificadas por las autoridades de Orlando llevan apellidos latinos.
«Sabemos lo suficiente como para decir que este fue un acto de terrorismo y un acto de odio», dijo el presidente Barack Obama el domingo, mientras el FBI investigaba al autor del ataque.
Líderes musulmanes de Estados Unidos, el papa Francisco y dirigentes de todo el mundo condenaron el ataque, considerado como el peor acto terrorista en suelo estadounidense desde los del 11 de setiembre de 2001.
El FBI admitió que Omar Mateen, de 29 años, había sido investigado antes debido a sus contactos con un kamikaze estadounidense.
El agente especial del FBI, Ronald Hopper, también dijo que, antes de atacar al club gay de Orlando, Mateen llamó al número de emergencia 911 y expresó su lealtad al grupo Estado Islámico (EI).
De forma simbólica, la Torre Eiffel de la capital francesa se iluminará la noche de este lunes con los colores de la bandera arcoiris.

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