El Hospital de la Sanidad de la Policía Nacional de Trujillo padece una serie de males, peor que las de sus propios pacientes. El diagnóstico de este nosocomio, en el cual se supone debe estar al servicio de toda la familia policial no es nada esperanzador.
La salud de los hombres que luchan contra la delincuencia y el crimen organizado en las calles, es acribillada a diario. El hospital carece de lo más mínimo, a tal punto que un grupo de policías jubilados y familiares de los que están en actividad, exigen al Gobierno Nacional que lo declare en emergencia.

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